Lo de esta tía es de traca. La experiencia nos ha demostrado que esta mujer es capaz de aprovecharse de todo y de todos para su propio beneficio sin importarle las consecuencias de lo que hace.
No le ha importado provocar conflitos en barrios populares, calderetes de la Txan, para ganar popularidad en sus feudos del ensanche. Tampoco ha tenido reparos en acusar de terroristas a todo un pueblo dando un mitin delante de una pintada, dicho sea de paso de dudosa autoría, de "Gora E.T.A.". Ha llegado hasta a encargar, a cuenta del patrimonio municipal, una pancarta laudatorias de dudoso gusto y evidente falta de ortografía.
Pero lo de ayer rompe todos los límites imaginables, no creo que haya escritor ni guionista capaz de tener semejante ocurrencia.
Y es que la dureza de su cara va a empezar a ser objeto de investigación ya que marcará un nuevo nivel en la escala Rockwell.
El argumento que emplea es que UPN busca el progreso de Navarra y por lo tanto es progresista, lo que viene a ser lo mismo que decir que todas las trabajadoras de las conserveras son conservadoras.
Ser progresista está reñido con defender la educación segregada, impedir que en Navara se cumpla la legislación sobre interrupción del embarazo, ridiculizar a las víctimas del franquismo, exaltar a los asesinos, no cumplir los acuerdos del pleno que no te gustan o marginar al euskera y a quienes lo defienden. Unos pocos ejemplos de día a día de Yolanda y su partido.
En L&L pensamos que, como casi todo lo que dice, no se lo cree ni ella. Y que si ha dicho eso es para "cumplir" con el requisito de Pepiño Blanco que, después del batacazo electoral, ha sacado pecho diciendo que va a pactar con progresistas.
Otro que se define como socialista seguramente porque será socio de un gimnasio.