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viernes, 29 de mayo de 2009

Con lo guapo que estoy callado - Antonio Cañizares

Aunque parezca mentira el personaje que aparece sentado no pertenece a la familia Medici, ni la escena se ha obtenido en la Florencia del siglo XV. La fotografía está sacada en el siglo XXI y el protagonista se llama Antonio, se apellida Cañizares y es el cardenal prefecto de la Congregación por el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. ¡Toma tarjeta de visita!

Este hombre tan humilde y tan sencillo ha sido noticia porque se ha descolgado con unas
declaraciones en las comparaba los abusos a menores en escuelas católicas irlandesas entre los años 50 y 80 con el aborto. Para su eminencia el aborto es bastante peor que los abusos sexuales.

O sea que el comportamiento de un sacerdote al que le han confiado la educación de una niña, cuando esta cumple por ejemplo 13 años, abusando de la confianza de sus padres y de la ingenuidad de la infante, se la cepilla un día sí y otro también destrozándola psicológicamente
para toda su vida y termina embarazándola es una tontería comparándolo con la extrema gravedad que supondría el abortar al fruto de la pederastia.

Tras escuchar estas declaraciones hemos prohibido terminantemente a nuestros hijos acercarse a menos de 100 metros de un eclesiástico.

En el equipo de langostinos y lentejas no tenemos ningún psicólogo aunque pensamos que no es necesario para poder calificar como "enfermos sexuales" a estos especímenes de la jerarquía de la Iglesia Romana.

Si no fuera por el poder que tienen y por el daño que hacen de manera continuada al género humano durante más de 2.000 años (que se dice pronto) sería para morirse de risa.




3 comentarios:

PePe Navarro.com dijo...

llueve sobre mojado con la permisividad de determinadas actitudes del personal contratado por la gracia de dios.

aqui te dejo parte de la informacion que podemos encontrar en wikipedia sobre la forma de resolver los asuntos de pederastia por parte de Monseñor y CIA.

Falta de medidas contra los sacerdotes pederastas

En numerosos casos, los sacerdotes y religiosos acusados de actos de abuso sexual contra menores de edad, cuando estos llegaron a conocimiento de sus superiores inmediatos, recibieron como sanción llamados de atención privados y fueron desplazados a otros sitios alejados del lugar. Algunos diócesis sometieron a los acusados a tratamientos y evaluaciones psicoterapéuticas, tras las cuales estaban habilitados para reanudar sus actividades pastorales si los psicólogos o psiquiatras que los trataban le advertían al obispo que no había riesgo de reincidencia. En muchos otros casos, sea incriminados como sus superiores, ofrecieron e incluso pagaron sumas de dinero extrajudiciales con el fin de evitar que el escándalo saliera a la luz pública.








http://es.wikipedia.org/wiki/Casos_de_pederastia_por_miembros_de_la_Iglesia_Cat%C3%B3lica#Falta_de_medidas_contra_los_sacerdotes_pederastas

El Maestro de Esgrima dijo...

La Iglesia española ha perdido el rumbo y su jerarquía, esa gerontocracia, aún no ha asumido que ya no mandan, que están por debajo de las leyes civiles y que el caudillo está enterrado debajo de una losa de 1500 kilos y ya no lo tienen que llevar bajo palio.

Luego se quejan de que pierden fieles y de que poca gente marca la X del IRPF.

Casto López Armada dijo...

Sr. Maestro, estoy de acuerdo en que han perdido el rumbo, pero no tanto en eso de que ya no mandan.
Es evidente que no tienen el poder que tenían durante el franquismo, pero sí mandan (o influyen) más que hace cuatro años, y más que hace ocho, y más que hace doce. Probablemente tenga que ver con el giro a la derecha de los políticos centristas (tanto del pp como del psoe), pero lo cierto es que aparecen mucho más en los medios. Ya se que hacer mucho ruido no implica ser muchos, pero no hay más que ver la capacidad de convocatoria que tienen, aunque sea para la mayor estupidez del mundo.
Ya les gustaría a los sindicatos (y a mi) ser capaces de movilizar a tanta gente como el foro de la familia y demás sectas.
Es lo que tiene vivir en un país donde lo que más se repito y/o más alto se dice, es la verdad.

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