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domingo, 2 de septiembre de 2012

Robertacus



Después de que Doña Yolanda le echara del Gobierno de Navarra, Roberto Jiménez desapareció de la arena política durante unos meses. 

Aunque hubo gente que pensaba que estaba recluido al fondo de cualquier bar ahogando en gin-tonic su caída en desgracia, en realidad estaba en un gimnasio fortaleciendo su pitillés cuerpo para volver, como un nuevo Gladiator, al Coliseo de Navarra para acabar con la injusticia y liberar al pueblo navarro de su pérfida mandamás.

En las próximas semanas veremos el resultado de esta transformación. El combate puede ser de tal magnitud que en langostinos y lentejas proponemos que las sesiones del Parlamento se celebren en la Monumental de Pamplona. 

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