Pactos otoñales

El 7 de octubre de 1988, se firmó en Pamplona el llamado "Acuerdo por la Paz y la Tolerancia" con el fin confesado de erradicar la violencia de ETA y con el oculto de combatir políticamente al nacionalismo vasco. El "trágala" de ese momento era la defensa del marco jurídico, Constitución y Amejoramiento.

El promotor de ese acuerdo fue el PSN con Gabriel Urralburu como Presidente del Gobierno de Navarra a la cabeza. El documento, que no firmó ni EA ni Herri Batasuna, fue rubricado por Euskadiko Ezkerra (Ramón Arozarena Sanzberro); Alianza Popular (Ángel Ciprés); Partido Liberal (José Ignacio López Borderías); Democracia Cristiana (Jaime Ignacio del Burgo); Centro Democrático y Social (Pablo García Tellechea); Unión del Pueblo Navarro (Jesús Aizpún Tuero); Partido Socialista de Navarra (Jesús Malón Nicolao) y por el Presidente del Gobierno de Navarra (Gabriel Urralburu Tainta).

El Pacto se extendió a la sociedad navarra provocando enfrentamientos, al "invitar" a firmarlo a organizaciones y personas, lo que creó la paradoja de que los partidarios de la tolerancia se volvieron INTOLERANTES con los que no firmamos el documento.

La experiencia fue un fracaso y a pesar de desviar la atención de la opinión pública durante un tiempo no impidió que se descubrieran los chanchullos de PSN que dieron con los huesos de Don Gabriel en la cárcel, poco, pero dieron.

21 años después el actual Presidente del Gobierno, Miguel Sanz (UPN), de la mano del PSN se saca de la chistera un nuevo "Pacto por la Libertad, la Convivencia y la Democracia". Una vez más la excusa es el terrorismo, en este caso "achicar espacios públicos de impunidad para la apología del terrorismo y el menosprecio a las víctimas de ETA" y el motivo de fondo el atacar al adversario político, en la actualidad NaBai e IU.

Igual que antes pretenden que todo tipo de entidades y asociaciones que forman parte de la sociedad navarra, así como los ciudadanos a título particular, puedan suscribir el acuerdo y aceptar los compromisos que en él se incluyen, con lo que para poder tener el carnet de "demócrata" habrá que entre otras cosas, debido a que alguno de sus miembros son víctimas del terrorismo apoyar sin condiciones a las Fuerzas de Seguridad del Estado. Todavía algunos nos acordamos para lo que sirvió la "Lealtad a los Principios del Movimiento" que había que demostrar para casi todo. Algunos hasta para ser Rey.

Por esa misma regla de tres sólo tendríamos que comprar en el Corte Inglés (atentado de Hipercor), celebrar las fiestas en el Bordatxo (previa reconstrucción) o veranear en Mallorca.

Esperemos que este nuevo intento fracase como el anterior y que la sociedad navarra madure y obligue a sus representantes a ocuparse de los verdaderos problemas y retos que tenemos. ¡Jua, Jua, Jua!